Bueno, tenemos que decir algo: César nunca pisó Allassac... Sabemos que está decepcionado. Pero no se vaya todavía: le prometemos que esta torre medieval bien merece una visita...

He aquí la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad: César no se refiere al romano más famoso, llamado Julio, sino a la palabra "César", que significa "señor". Es muy sencillo: Allassac era una ciudad fortificada, vigilada por los obispos de Limoges, que eran los famosos señores. En el corazón de Allassac, se erigió en la Edad Media una torre para defender la ciudad... En realidad, sirvió de muy poco para defender la ciudad, ya que los obispos de Limoges pagaban rescates a sus enemigos para evitar ser asediados... ¡Inteligentes diablos!

Y esta vieja dama está bien conservada... Incluso podemos decirle sus medidas: 30 metros de altura, 16 metros de circunferencia, muros de 2,5 metros de grosor... ¡Aún no corre peligro de derrumbarse! Está catalogada como Monumento Histórico y es el único vestigio de arte militar del siglo XVII en el Lemosín, ¡y está en Allassac! En 2002 se llevó a cabo una magnífica renovación para hacer posible su visita.

El guardián de la torre le desvelará todos sus secretos: podrá visitarla en julio y agosto de 10:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00 por la módica suma de 1,50 euros, y además, cualquiera puede subir a ella, incluso los más pequeños, acompañados de un adulto, por supuesto.

(Visitas en grupo concertadas durante todo el año).

Vista de Allassac desde lo alto de la torre Cesar

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